Ahora alza la pistola que sujetan temblorosas, sudorosas y fictíciamente ensangrentadas tus tímidas manos, y presiona su cañón contra tu sién. Siente en aquello que hipotéticamente debía ser piel su frialdad metálica, su maldad, cada latido podrido de vida que le cedes...y otórgale sumiso y expectante el poder de decidir, de rifarte a este lado del todo, o al otro de la nada
¡ESTO ES UNA MALDITA GUERRA!
por lo que aprieta el gatillo y termina con todo esto de una vez.
¡Aprieta el puto gatillo, cobarde de mierda! porque si no lo haces tendrás que asumir, que la vida es un constante aluvión de patadas al estómago y navajazos en el corazón, pero que también hay instantes mágicos escondidos en este juego que hace que TODO valga la pena.
Así que deja de compadecerte y de mirarme derrumbado en el espejo pues la decisión no se antoja complica: [O tomas el camino fácil y disparas o luchas con todas tus fuerzas aún con todo lo que vivir conlleva]
El espejo tiene el defecto o la virtud de mostrar siempre la verdadera realidad
Texto: Daniel Calderón
Fotografía: Google