11 de julio de 2011

Las huellas de los pasos que nos preceden

Quizás hiciera frío, o calor... Y esa fina y momentánea lluvia de verano llegara a calar mis entrañas. Seguramente al ver mi cara sentiría el terror de un último atardecer, o al ver la sangre chorrear entre mis dientes sentiría aberración hacia mi persona, pero no sentía.... Vivía de un único instinto reflejo y animal. Morder. Comer un pectoral, un bíceps, un glúteo, etc... como si mi vida dependiera de ello, irónicamente cuando estaba muerto. No recuerdo respirar, ni pensar, ni siquiera recuerdo recordar. Vivo en un tiempo muerto, fronterizo, de entreguerra... Desde tu habitación se observa un cielo a pedazos, y mil estrellas en el suelo. Chillas a pleno pulmón, y quizás si consigues un decibelio más puedas reventar cristales, pero no te escucho. Te miro y te conozco hasta tal punto de tener una ligera sensación que fuiste importante para mi, pero no se quién eres. Soy nada. Y me miras, y veo como se vacía gota a gota el mar azul de tus ojos. Y veo a alguien en el reverso de tus iris, allá donde se apagan a borbotones los sueños. Me clavas tu mirada y tratas de encontrarme, pero ya no existo, ni tampoco tu en mi, solo eres 55 kilogramos de carne, de venas, de cartílagos... Y te codicio, y me revolucionas y enloquezco. Quiero comerte el paladar, y morderte los párpados, follar como bestias hasta reventarnos los anclajes. Quiero verte desangran en mi pecho y eyacular entre mis dedos, que tú seas mía como siempre, estar dentro de ti como nunca. Incluso aunque me mate la espera y el olor a humanidad incremente el mono, quiero que te conviertas, y entonces empezar una guerra de besos escarlata, de arañazos, de bocados, de alaridos inhumanos, de empujones contra cada una de las paredes, cada uno de los muebles y hacerlos astillas, o contra cada una de las cosa que fueron y ya no son nada. Y expandernos y contraernos y bailar sexo en cada recoveco de la casa,. Y tirar y estirar, y aullar y enfurecer. Y existir únicamente para destruir la existencia del otro. Y desfallecer. Y encontrar placer en el peso muerto de tu cuerpo en mis rodillas, en la opaquedad de tu vida, en las últimas explosiones neurológicas que hacen temblar tus piernas... Y levitar, en ese determinado momento cerrar los ojos, apagar todo, estallar... Estoy seguro que esa sensación, ese olor a sudor que agujereaba las cortinas, ese sabor que martilleaba las heridas, ese único latido que explotó y dinamitaba mis vestiduras no había sido nadie capaz de vivirlo. En el fondo siempre fui un romántico, aunque al salir por la puerta siguiera siendo vacío, siguiera siendo nada ahora ya sin tí.


Escrito por Daniel Calderón Martín

9 de julio de 2011

Receptáculos


Podía no haber sido nada si no existiera agujetas en los ojos, ardor en la boca y sangrar el corazón. Solo sentía vacío, incluso a veces menos que eso. Ya no estaba. Pero a la vez se sentía más lleno que nunca. Era una dualidad dificil de explicar. Había algo que (pongámonos dramáticos) en esa catástrofe visceral, no le había conseguido matar (aunque doler, dolía a rabiar)...
Ian no entendía de puntos finales, aún así sabía que ya no volvería, es más, aunque el dolor seguía mordiendo, e iba a morder bastantes noches más, no quería que lo hiciera. No le gustaban las despedidas, era mejor así. Olvidar
Había olvidado como se soñaba, incluso se le estaba olvidando como dormir. Caía por agotamiento, y aún así permanecía en un permanente estado de duermevela, escuchando el tránsito en la calle, las tuberías de aquel viejo edificio en el que residía, o los latidos de su corazón... Ya no soñaba, y aunque creaís que lo vuelvo a repetir, es que no lo hacía ni despierto, cosa que también se le estaba olvidando; y no había cosa que le encantara más a Ian que encontrarse en su cama, en ese momento en el que se encuentra despierto y a la vez dormido, soñando a un lado y al otro, excepto tú, por eso pudiste llevártelo todo, incluso a él, (incluso a ella) quién sabe dónde, pero eso ya es otro tema.
[Lo que nunca supiste es que aunque te amaba con locura no era contigo con quién soñaba]


Texto: Daniel Calderón Martín
Imagen: Getty Images

* La canción del video del post anterior que tanto os ha gustado y que incluso me habéis pedido se llama Seeing Drams de Pawky Maven.

* Muchas gracias por los
100 seguidores

8 de julio de 2011

[La conjugación del verbo amar] Part II

¿Os acordais de esto, La conjugación del verbo amar ? Esta historia fué presentada a un concurso y resultó ser una de las 50 escogidas.
De esa historia, Alexandra Cama, Adrián Miranda, Irati Zabala, y Eva García han hecho esto.

[...162 milésimas después ya había alcanzado todos mis sueños. Todos estaban en ti.]


* Si no sales las letras en la parte posterior hacerlo grande en la página de Youtube



* Recordar que si os gustan los libros, Hay viajes que te están esperando

1 de julio de 2011

Lo peor que perdimos

He soñado contigo y vuelo. No se acuerdan de ti ninguno de mis segundos, ni de mis respiros, ni de mis bufidos…. Sin embargo tengo esa extraña sensación que me oprime el pecho y me dice que es tu aire el que me da vida. Sin embargo no te encuentro en otros mundos, y no vivo; y muero entre atmósferas viciadas de pura mierda, de envidia, de dolor, de falso amor… Y quisiera que las sábanas me detuvieran entre ellas y volver a caer allí dónde quizás te encuentre. Necesito cerrar los ojos y escapar de ahí, de ese mundo dónde la familia te abandona, o te aprisiona y te limita, o se aprovecha de ti: dónde los que dicen ser tus amigos, pasan a ser un recuerdo, o tus enemigos, o simplemente nada… Dónde el amor es pura biología, un dopaje químico de un máximo de tres años de celos, de no entenderse, o de lo que es peor, de no escucharse, de mentir y de esperar… Quisiera abandonarme a ti, y que me dejara de importar cada motivo o cada pregunta, y “reencontrarme” contigo porque a medida que más conocía de tu existencia, inocencia, más te alejabas de la mía.

[Me encantaría vivir en la sencillez de las cosas, allí donde no existen transfondos ni dualidades ni metáforas. Me encantaría dormir en ese lugar que anuncia un cartel con luces de neón en tus ojos... al menos una noche]

Quizás si nos paráramos a pensar llegaríamos a la conclusión que "La inocencia" sería uno de los peores precios que pagamos por caminar



- Texto: Daniel Calderón Martín

- Imagen: Google

-Música: Jessie J.- Who you are