23 de abril de 2012

El caos que remueve la tierra bajo mis pies

Pero el caos siempre llega...
La habitación se queda dañada de huellas y de jadeos, de tus ropas y las mías enloquecidas, de tus caricias y las mías encarceladas, de tus suspiros y los míos conjugados.
El charco de pequeñas olas que salieron propulsadas desde la bañera conquista tímidamente el pasillo que recorrimos golpeando ahora una pared de un lado, ahora la del otro... amándonos, comiéndonos, pisando fuerte y pintando el suelo con retales que nuestros pies van dejando en ese caminito que nos lleva al paraíso de esa cama que cubre nuestro cuerpos desnudos y endiosados entre cientos de nubes de algodón, testigos mudas de embestidas y susurros, de promesas y encrucijadas, de delirios y secretos... 

Y el caos llama a la puerta...

Ya sólo quedan silencios, aunque sé que en tu corazón gritas, que en tu corazón lloras... igual que yo. No existe en el mundo una sola palabra que decir.
Y te aferras y me rodeas, y me acerco y te aprieto tanto contra mi que duele, que no hay distancia ni hueco por el que pase algo, ni siquiera el aire, que respiro una y otra vez tu mismo aire... que preferiría no respirar a hacerlo de otro aire. Que te miro y te veo, mirada con mirada, y me incrusto en tus ojos, en tus nervios ópticos, en tu cerebro que descarga y sacude, y me hace viajar a cada punto de tu verdadera existencia, de la que nadie más, ni casi tú, conoce. Daría lo que fuera por quedarme ahí para siempre

Y quisiera morderte el cielo de tu boca, mientras tarareas, mientras enloqueces y me amas, mientras dices sin hablar que... y te deshaces....¡Ahí!, justo ahí que no encuentras la manera de hacerme entender nada, pero lo entiendo todo, aunque no de manera racional.
Y quisiera olvidarme de que el caos va a llegar, de que no encuentro la manera de hacer que puedas quedarte para siempre, de que no puedo amarte cuanto quisiera, que no puedo hacerlo todo lo que quisiera. No tenemos tiempo. 
Y ojalá el tiempo se parara eternamente o al menos nos diera una pequeña tregua, no sé, que nos diera todo una vida de ventaja, pero las agujas de los relojes siguen su curso, y se unen todas en un movimiento y en un sonido atronador, destructivo, dañino....

Y llega el puto caos...


[El temblor que emerge y sacude una vez más el suelo a mis pies. Maldito caos. La última oscuridad que muere. Y en tus ojos, y en mis ojos...emergen libélulas empapadas. Entrecruzo tu lengua con la mía para guardar el secreto, para sellar el pacto. Y te beso, y te digo sin palabras, y te muerdo, y te juro que... ]


7 comentarios:

Chris dijo...

¡Por fin!
Pero ha merecido la pena esperar, me gusta mucho, creo que más que el anterior, quizás por el final.

Atlántida dijo...

¿por qué siempre ese miedo a perder lo que tanto nos gusta? ojalá existiera la maquina para alargar los momentos que nos hacen felices y acortar los malos.

LaCuarent dijo...

La espera nos desespera pero cuando llega, Ays!!...

Un beso enorme

AZAHARA dijo...

Te superas! Me ha encantado esto: "preferiría no respirar a hacerlo de otro aire". Uff, me encanta...

Sara dijo...

Enhorabuena por el texto, y por el blog!! Te sigo :).
Besos

Nocturna dijo...

Holaaaa!!
Te sigo, me sigues? besitos ;)

Unknown dijo...

Hola! Bonito blogg! Te sigo, me sigues? Estoy empezando :)
.Besos.
http://pinkclosset.blogspot.com.es/