Grita a las despedidas que destrozan tus frascos de cristal y hacen que se vierta su contenido en tu rostro de marfil. No las dejes doler.
Dile a tu corazón nostálgico de sístoles y diástoles que se oculte en algún jirón de tu piel que imposiblemente desconozco. Quizás así pueda volver a arder.
Y vuelve allí arriba donde gritábamos al aire instantes y anhelos. Cuéntale a la ciudad a tus pies cada vómito que te revuelves las entrañas. Rasga allí el dolor y vive en tus carnes la máxima intensidad que tu cuerpo aguante, aún con esas, el tiempo te pondrá entre nuevas perspectivas que te vendrán a decir que yo nunca quise dañarte.
Grítame tus verdades y que me duelan, quizás consiga escucharte y de la vuelta. Quizás entonces se me caiga la venda y me de cuenta que mis labios aún pronunica tú nombre. Y si lo hago quizás tenga la suerte de que sigas esperándome.
[Sin embargo volví y tú ya no estabas. Entendí que dolió mucho más de lo que imaginé cuando descubrí que tu corazón estaba muriendo en mis manos. Siempre estuvo ahí. Aprendiste a recuperarlo.
Sentí que caminaba sin sentido, pues lo hacía sin latir. sin sentirme en otra piel...No sé sentir, a medias, a fogonazos, a base de mentiras...No sé sentir sin entregarme al miedo
Ya lo vistes, por mucho que sentía no supe hacerlo]
Texto: Daniel Calderón Martín
Canción: Diego Martín- Melicia- Deja una parte
Dile a tu corazón nostálgico de sístoles y diástoles que se oculte en algún jirón de tu piel que imposiblemente desconozco. Quizás así pueda volver a arder.
Y vuelve allí arriba donde gritábamos al aire instantes y anhelos. Cuéntale a la ciudad a tus pies cada vómito que te revuelves las entrañas. Rasga allí el dolor y vive en tus carnes la máxima intensidad que tu cuerpo aguante, aún con esas, el tiempo te pondrá entre nuevas perspectivas que te vendrán a decir que yo nunca quise dañarte.
Grítame tus verdades y que me duelan, quizás consiga escucharte y de la vuelta. Quizás entonces se me caiga la venda y me de cuenta que mis labios aún pronunica tú nombre. Y si lo hago quizás tenga la suerte de que sigas esperándome.
[Sin embargo volví y tú ya no estabas. Entendí que dolió mucho más de lo que imaginé cuando descubrí que tu corazón estaba muriendo en mis manos. Siempre estuvo ahí. Aprendiste a recuperarlo.
Sentí que caminaba sin sentido, pues lo hacía sin latir. sin sentirme en otra piel...No sé sentir, a medias, a fogonazos, a base de mentiras...No sé sentir sin entregarme al miedo
Ya lo vistes, por mucho que sentía no supe hacerlo]
Texto: Daniel Calderón Martín
Canción: Diego Martín- Melicia- Deja una parte
9 comentarios:
Verdaderamente eres brillante escribiendo sobre el desamor, sobre el arte de sentir que da título a tu blog.
Sólo espero que la vida no te regale ese sentimiento, que sólo aparezca en la ficción.
Besitos
En ocasiones estamos tan ciegos que somos incapaces de ver y de mostrar sentiemientos, y cuando llegamos a comprenderlo muchas veces es demasiado tarde. Triste final para un amor tan grande.
Me encantan las sensaciones que dejas deslizar entre las suaves líneas.
Besitos.
Y sin embargo volví y tú no estabas...
Cuantas veces se llega tarde
¿Queremos o no queremos ver?
Un biquiño
Cuando algo duele tanto hay que gritarlo, que expulsarlo de ti.
Un besitooo
jajaja pues me he dejado un par de frases sin escribir, en fín... jajaja
[Jo Grass] Gracias amiga, voy arriesgándome a todo, y cuando te arriesgas estás más expuesto, tampoco me importa, ni tengo miedo, vendrá lo que tiene que venir. Besos
[Ruth] Creo que el amor anda todo el día escondiéndose, o más bien son otros sentimientos porfiadores y sinvergúenzas que lo ocultan, por lo menos su intensidad, luego siempre tarde o temprano, casi siempre tarde te das cuenta de toda la verdad
[Carmela] Jejeje, gracias, no queremos ver, si vemos nos exponemos demasiado a sufrir
[Acoolgirl] Estoy contigo, hay gente que lo guarda en su interior esperando que allí desaparezca y estos sin embargo se agarran a tu alma y siempre tarde o temprano vuelven a aparecer, y el dolor sigue siendo el mismo
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